Los esquemas de la comunicación evolucionan a la par que las nuevas tecnologías, y nuevos canales surgen para mejorar los anteriores y proporcionarle al mensaje mayor alcance y posibilidades de transmisión. Uno de los nuevos canales más usados y que más posibilidades nos ofrecen para la comunicación interpersonal son las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Google+, LinkedIn, blogs, etc.), ya que su alcance, a través de un sólo mensaje, es multitudinario. No sólo constituyen una forma de expresión y medio de relación con amigos, familiares y conocidos, sino una herramienta de marketing muy eficaz que permite la relación directa con clientes y futuro público objetivo.

Una de sus principales ventajas es la gratuidad de la mayoría de sus servicios. La difusión más básica de cualquier mensaje, a través de publicaciones, enlaces, imágenes o vídeos es totalmente gratuita.

Permite un alcance sin límites, ya que todo depende de la interacción que con nuestra página tengan amigos y seguidores. Además, por muy poco presupuesto, la divulgación aumenta superando incluso a cualquier forma de publicidad y teniendo una extensión inimaginable.

La mayoría de los usuarios pasan más de la mitad de su tiempo consultando Internet, por lo que, en estos momentos, estar activo en cualquier red social es el mejor medio de difusión y el mayor reclamo publicitario. Las formas tradicionales están decayendo y los anuncios a través de cartelería, flyers y otros medios materiales no resultan tan efectivos. Recibir una oferta en tiempo real estando conectado a la red hace más factible el hecho de que un cliente potencial se dirija a nuestra página para comprar o ver en qué consiste esa oferta o servicio destacado.

Otro de sus beneficios es que podemos saber en todo momento qué se está diciendo de nuestra empresa, quién comparte nuestros mensajes, a quién llegan y qué opinión tienen de nuestros servicios. De esta manera, estaremos en contacto continuo con nuestros clientes, pudiendo interactuar con ellos en cualquier momento obteniendo una respuesta inmediata, resolver dudas, fidelizar a los clientes que ya tenemos, dar las gracias personalmente por sus comentarios y hacer a cualquier persona partícipe de nuestra empresa.

Las redes sociales nos transforman en una marca alcanzable, cercana, disponible en cualquier momento y no restringida a un horario meramente laboral.

Si una estrategia no funciona, siempre podemos probar otra sin invertir capital, tan sólo tiempo. Porque si lo que queremos es afianzarnos en una red social y lograr las metas que ésta nos permite hay que dedicarle tiempo para buscar qué es lo que atrae a los clientes y satisfacer a ese consumidor de publicaciones que está al otro lado.

Finalmente, una última ventaja de su utilidad reside en el posicionamiento en buscadores como Google. Estar presente en una red social, generar movimiento y comunicación con los usuarios, y saber qué destacar de un producto o servicio utilizando las palabras adecuadas, es una baza excelente para el SEO y el tráfico generado hacia la web de la empresa.

Una vez aprendidos todos los beneficios que el uso de las redes sociales puede reportarnos, debemos tener en cuenta unas cuestiones para no dañar nuestra imagen en las redes:

  • Ser lo más neutrales posible en nuestras opiniones.
  • No discutir sobre temas polémicos como política y religión.
  • Evitar saturar nuestra red de fotos o mensajes que no tengan mucho que ver con nuestra actividad (chistes, imágenes graciosas, imágenes dando los buenos días, buenas noches, mensajes y frases filosóficos). También hay que tener en cuenta la red social en la que se incluye cada cosa. Algunas, como Twitter, sí permiten este tipo de licencias, pero siempre sin saturar.
  • Cuidar las faltas de ortografía o errores en la redacción.
  • Configurar las opciones de privacidad para saber qué información de nosotros puede ser vista por los demás y quién puede escribir libremente en nuestra página o hacer comentarios.

Una vez visto todo esto no cabe duda de que las redes sociales constituyen, por el momento, un canal publicitario con un poder sorprendente, y que evoluciona con el paso del tiempo y las nuevas tecnologías.